A propósito de las Semanas Sociales

Casi todo en los entornos de la Conferencia Episcopal parece ahora que son Semanas. La Campaña de la Iglesia en doce semanas, las Semanas Sociales, “es cuestión de semanas”, que dicen algunos.

Voy a dedicar unas líneas a las Semanas Sociales que tienen, según dicen, una nueva metodología. Hay que bucear en la página web propia de la Comisión Episcopal de Pastoral social para encontrar cuál es ésa metodología.

Leo que comenzaron como “Cátedra ambulante de la doctrina social de la Iglesia” en 1906. Que la última fue en Sevilla y que ahora estamos en fase preparatoria de la que se celebrará en Valladolid, en noviembre. Ya se ve que todo, o casi todo, mira ahora a Valladolid.

En esta fase preparatoria se están celebrando una serie de encuentros en algunas diócesis. Existe un documento con la propuesta temática de la próxima semana. También un vídeo explicativo del laico oficial Jesús Avezuela, director además de las Semanas Sociales.

Entiendo que el documento “El diálogo, camino para la Iglesia” es la propuesta marco de reflexión, de trabajo.

Un documento bien elaborado que tiene la pega de hablar demasiado en abstracto, con afirmaciones sobre fenómenos sociales, como el de la polarización, que, siendo un concepto que responde a un realidad, debe ser matizado, entre otras razones, por su origen estratégico político.  

La forma de matizar, incluso de aterrizarlo en la sociedad española, es, por ejemplo, responder a las preguntas sobre cuáles son las causas de esa polarización, quiénes los actores, en qué momento histórico se inició esta dinámica, con qué fines, cómo ha evolucionado.

Los que se dedican a analizar la polarización hablan de la polarización ideológica, de la polarización afectiva, -en EEUU suele estar ligada a sentimientos negativos hacia los otros, mientras en España lo está más a sentimientos positivos hacia lo nuestro-, y de la polarización cotidiana, que aún no perciben como peligrosa en España. 

Por lo tanto si hablamos de polarización ideológica, debiéramos abordar la cuestión de cómo en la conversación pública en España determinados actores ideológicos, y de partido, han pervertido el debate sobre la idea de bien, de lo que es el bien común, poniendo al servicio de su ideología los procesos públicos de conversación sobre esa idea de bien. Y al final han acabado usurpando la idea de bien o pervirtiéndola.

Que quieren ejemplos. El debate, que no lo es desde el momento en que se cierra con una imposición legislativa, sobre lo que es el hombre y la mujer, sobre la familia, sobre la vida.

Podía incluso extender este marco a la economía en la perspectiva de lo social en lo referido al principio de subsidiariedad ante el Estado.

Otro concepto clave en ese documento es el de identidad. La identidad es una de las mayores fuerzas movilizadoras del ser humano. La identidad raramente atiende a razones sino a nuestras emociones primarias.

Las Semanas Sociales parten de una propuesta que nace de la Doctrina Social de la Iglesia. Hace tiempo que llevo pensando, y preguntando, qué es lo que está haciendo que evolucione la Doctrina Social de la Iglesia.

La respuesta es unánime: el pensamiento del papa Francisco, que es hoy el auténtico motor de esa Doctrina. Habría que analizar en qué aspectos el magisterio del Papa está redefiniendo, rediseñando, esa Doctrina.

Si quieren profundizar en esta cuestión, les invito a leer el libro que acaba de publicar AEDOS, (Asociación para el estudio de la Doctrina Social de la Iglesia), comentario a la Fratelli Tutti.